sábado, 16 de febrero de 2008

Las focas también caen de pie

Texto enviado el 13 de febrero a las 11:19 de la noche... con el amanecer acuestas... y el corazón aún fragmentado...

En menos de una hora comienza uno de los días más duros de mi vida. Esos donde tienes que decidir, soltar, dejar y volar.

Pasó un año sin darme en realidad cuenta de que pasaba por que la vida resultaba igual con tu presencia (omnipresencia), pero ahora que no estás, claro que me percato de que el tiempo no perdona. Te he extrañado lo suficiente para caerme, levantarme, volverme a caer y volver a levantarme... y así seguiré hasta que me olvide, me perdone, me vuelva a caer sin remedio u amanezca con ganas de no volver a mirar el piso y querer sólo voltear al cielo.

Yo no me morí de amor antes y no me moriré ahora... y aunque no lo creas no es falta de sentimiento sino exceso.... un exceso bárbaro de amor... de pasión desbordada... de fidelidad... de verdad... de ganas de dejarte en el altar donde te puse y no quiero que te caigas... como ves, todo resumido es un exceso bárbaro de amor.

Como hace un mes, como ayer, como cada amanecer rezo por tu éxito y anhelo que Platón no mienta.... y algún día... algún día, como diría JL, las esferas se crucen.

Dios te bendiga mi extraño favorito... Como hoy... como mañana... como siempre, buenas noches... y no pierdas la fe.

Uno se rompe en pedazos por el amor... y el amor sigue doliendo... sé que no hay manera de comparar cuál de los dos me ha dolido más, pero sí sé que esta vez la despedida fue más madura... y cada día aprendo mejor a caer de pie...

No hay comentarios: