lunes, 27 de julio de 2009

Ya no se escribe más...

... pero no es falta de amor sino de tiempo...

Estoy concentrada en consentir tus intereses...
Quiero leer tus deseos - anticipándome -
Es divertido sentirse esclava y luego... poco a poco...
-saberte más interesado en mis anhelos-
Me involucro en tus sueños... escucho tus murmullos al amanecer...
Soy capaz de cantarte a la luz de esa copa de vino...
enamorarte con la última gota de la taza en el café...
imitar el sonido del viento para llegar a tus oídos - cautivos del insomnio -

Pero, a últimas fechas...

No se ha escrito más.... pero no es falta de amor sino de tiempo.

Miro y remiro... y miro bien.

martes, 14 de julio de 2009

Descripción a media noche

En este momento deseo escribir de ti y no sé por donde empezar... creo que iniciare por tus manos, que mejor pretexto que tus manos... (cortesía de mi hermano querido AI)

Y curiosamente, tus manos son la parte que menos me gusta de ti... y no porque no sean hermosas, sino porque rompen los estándares de la belleza que consideraba importante... no son las manos etéreas, no son los dedos delgados y largos... no son las venas sinónimo de fuerza... tus manos, parecen tan comunes que es extraño saber cómo me hacen vibrar al menor roce... en el más ligero paso de tus yemas por mi cabello, por mi hombro... por el breve instante en que tus dedos se entrelazan con los míos en un cordial saludo o en su palpitar al más cálido abrazo que regalas...

Luego me paso la memoria por tu cabello... enredado, pasivo, sinónimo de locura, antología de los años que pasan... y me le quedo mirando fijo... en silencio, esperando que al primer movimiento me lancen un te amo... me pidan un regreso en las mañanas y clamen el café de la mañana...

Tus ojos y tus labios, son un conjunto... Me gustas cuando callas porque estás como ausente reza uno de los más hermosos versos que leo... pero a mi me gusta más cuando hablas con los ojos y con los labios... cuando de tu figura retórica se crean las más inverosímiles historias pero los más apasionantes aprendizajes de mi ser, que cada vez luce más medio lleno a tu lado... tus ojos y tus labios son un interesante libro que me gusta leer más de una vez a la semana...

La estructura de tu cuerpo es una historia aparte... conozco cada rincon de él sin necesidad de ver más allá... adivino cuando está cerca... lo escucho cuando se va... es sigiloso pero altivo... es pasivo pero certero... es la edificación perfecta que avanza muchas mañanas de frente a mí, retándome... como queriendo ser todo pero sin ser nada...

Tu mente... es el ocaso de mi protagonismo... mi mejor droga... mi pedazo de veneno, que me está matando la razón... la cordura de lo prohibido... el pedazo de aventura que aún estoy por querer vivir...

Tu corazón... es el refugio de los muertos... la esperanza de los que vienen... mi mejor refugio... mi mejor final...

En este momento deseo escribir de ti y no sé por donde empezar... Creo que vale la pena iniciar por donde empezó toda esta historia... por el principio.

lunes, 13 de julio de 2009

Que estréssssss...

Últimamente tengo una energía sobre-exponencial (aunque suene y sea un pleonasmo)... es complicado eso de explicar la felicidad en pocas palabras, y me da mucho miedo caer en el tema de la cursilería barata... pero leyendo el periódico encontré un hermoso texto que sí... es cursi... pero que resume muchas cosas que traigo en la cabeza...

“Quiero saber qué es lo que anhelas, si te atreves a tratar de encontrar a alguien capaz de llenar tu corazón; no me importarían ni tu edad ni con quién andas. Quiero saber si estas dispuesta a perder la razón en la búsqueda del amor, si insistes en vivir la aventura de estar con vida. Quiero saber si eres capaz de tolerar el dolor, tuyo y mío, si eres capaz de bailotear frenéticamente, dejar que el éxtasis se sienta en la punta de los dedos, sin temor a las críticas, lejana a la realidad. Insisto en saber si puedes ver la belleza aunque no esté presente todos los días, si eres capaz de ponerte de pie, ver hacia la luna y gritar: ‘Sí, estoy enamorada, amo el amor’”. (Autor desconocido).

lunes, 6 de julio de 2009

El adulterio como vocación (De Juan José Millás)

Este fin de semana me dio por leer por décima ocasión uno de mis libros favoritos, Cuentos de Adúlteros Desorientados. Ahora lo devoré en menos de dos horas y le encuentro un nuevo y suave sabor... Quiero compartir este texto que describe muchas situaciones reales y de moda...

El adulterio como vocación
Por Juan José Millás

El adultero se encontraba entre las sábanas, contemplando cómo se desnudaba la mujer. Le excitaba el instante en que ella se llevaba las manos a la espalda para liberar el sujetador: había en ese gesto un exceso retórico para el que el cuerpo no estaba debidamente articulado. La adúltera, por su parte, sentada en el borde de la cama, se mostró de perfil al adúltero antes de inclinarse sobre él buscándole la boca. En el apartamento vecino se oyeron unos pasos, y enseguida comenzó a sonar un disco de gregoriano. El adúltero le preguntó si viviría allí un párroco que ponía la música para no escuchar los gemidos de ellos, tan puntuales por lo general como la misa de las doce de los domingos de su infancia.
-El adulterio es un sacerdocio-dijo.La adúltera respondió con un murmullo sin significado, y continuó buscando las zonas más sensibles de su amigo. Él se decidió a poner en marcha la mecánica, ya que la química parecía fuera de servicio, y logró para salir del paso una erección que no satisfizo a ninguno de los dos. La adúltera, disgustada, se refugió en el cuarto de baño, y el adúltero, con la mirada perdida en las irregularidades del techo, se preguntó qué diablos hacía él allí, a las cuatro de la tarde, escuchando junto a una compáñera de la oficina un disco cuya música parecía provenir de otra dimensión. No es que se sintiera culpable, sino que era incapaz de comprender por qué hacía las cosas.
Aunque llevaba años practicando el adulterio como una entrega religiosa, no había dado hasta el momento con ninguna respuesta fundamental para su vida. Aquel apartamento, que alquilaba dos o tres veces por semana, le pareció de súbito una especie de burbuja fuera del tiempo y del espacio, fuera de la realidad. Estaba en Madrid, desde luego, pero podía pertenecer también a Barcelona. De hecho, los días que iba a Barcelona alquilaba uno idéntico para acostarse con otra compañera en aquella delegación. A veces jugaba a no sabes si se encontraba en un sitio o en otro y al final tenía que buscar el billete del puente aéreo en la chaqueta para asegurarse.
El gregoriano le conectaba con zonas inaccesibles de sí mismo, aunque no sabía de qué manera dialogar con ellas. Al mismo tiempo le ponía un poco triste, como si tuviera la capacidad de descubrir en él alguna carencia existencial.
LA adúltera salió del cuarto de baño y se sentó en el borde de la cama, de espaldas a él, con gesto de pesadumbre. El adúltero contempló fascinado cómo se colocaba el sujetador y se excitó brevemente. Ella percibió algo y volvió el rostro.
-Te quiero mucho-dijo el adúltero contemplando con alguna avaricia sus pechos atrapados ya en los encajes del sujetador-, pero eso no me ayuda a comprender el porqué de las cosas, Hace años estaba convencido de que la observación atenta de las nalgas de mis amantes acabarían por revelarme el secreto de los movimiento de la bóveda celeste y de ese modo sería capaz de concebir el universo. Me he acostado con muchas mujeres, no por maldad, sino por ese afán de búsqueda, pero el universo, al cabo de los años, continúa resultando inconcebible para mi inteligencia. Creo que ya no tengo vocación de adúltero. Una vez leí la historia de un sacerdote que dejó de creer en Dios y continuó ejerciendo, como si no fuera necesaria una cosa para la otra. Pero cuando se pierde la fe en el adulterio es imposible continuar practicándolo. Perdóname.
El adúltero se echó a llorar y la adúltera compuso un gesto de desconfianza: quizá había sido abandonada ya alguna vez con una actuación de esta naturaleza.
Se marcharon del apartamento por separado, y él, antes de regresar a la oficina, compró un disco de gregoriano en El Cortés Inglés. Esa noche lo puso en el tocadiscos para oírlo mientras hacía el amor con su mujer, y aunque no tuvo ninguna revelación definitiva, le pareció que entre sus pechos se entendía mejor que entre los de la amante la sucesión de las noches y los días, la llegada de la vejez y de la muerte. Cuando se acordó del apartamento, le pareció un lugar lejano: un asteroide flotando en medio del vacío universal. Aquélla no podía ser su patria, pensó cogiéndose a la cintura de ella, en la posición de dormir.


sábado, 4 de julio de 2009

De hace unos años (Limpiando el buró)

Estaba haciendo limpieza de mail y encontré esto de hace dos años... Que diferente parece todo...

TARJETA DE PRESENTACIÓN

Pides que hable de mí

como si los pedazos de vida

fueran una novela

para concluir

- quizá -

mis cimientos

y entablar un ascenso

- digamos -

seguro

Pides que hable de mí

y rompa mi nombre en 20 sílabas

para transportarte a una construcción

-incompleta -

trastocando los estados del tiempo

- inerte -

Pides que hable de mí

más nunca observas

sólo te quedas mirando

- fijo -

¿Seré yo quien entra por tus pupilas?

Quieres leer donde no hay letras

Deseas escribir en una hoja desvirginal

Anhelas el camino donde no hay sueños

- y aún así -

pides que hable de mí

- desde aquí -

en esta barranca sin nombre

- este rincón si rayas -

Pides que hable de mí en este parque sin rejas

- sin espejos -

- sin torpedo -

Pides que hable de mí

y yo....

- no sé que decir -.

_______

quise adivinar con qué ojo me observaste

y con qué lengua me hablabas

tuve miedo de toparme con lo desconocido

y saber que ni tu pelo ni tu nombre existían

encubrí con pasos firmes mis miedos

y lloré como niño los infiernos

Me mire y no veía nada

¿Qué veías tú, dime, qué te intrigaba?

La duda me hizo quererte

y la incógnita pederte...

Dime ¿qué viste tú que me mirabas?

Las manos temblaron

Y las piernas bajo el pantalón se doblaron

Ambos temores eran a diario

Anda, cuéntame ¿a quién lloras que en mi encontraste?

Al final de mi cuento soñé que era a mi a quien amabas

Pero aún me pregunto ¿en qué ojo me llevabas?

_________

ERES COMO UN VAMPIRO QUE SÓLO HIERE

PERO TAN COBARDE QUE DEJAS EN AGONÍA

Y NO ERES CAPAZ DE DAR EL ÚLTIMO TRAGO

A LA COPA QUE SE TE OFRECE

CUANTA PENA DA

SABERTE VULNERABLE Y TAN ENGREIDO

TE CREES INVENSIBLE Y CARCOMES

LOS POCOS PEDAZOS QUE YA TIENES DE MÍ

DEJE DE SER TUYA AQUEL FIN DE MES

COMENCE A SER MÍA AL DÍA SIGUIENTE

Apuntes de Reforma

Ayer caminé por Reforma, porque lucía espectacular, y sucedió... ahí estaba yo, escribiendo estos apuntes para vos...

Dos veces he visitado Morelia y hoy volví a estar ahí. La primera vez fue en 1998, las circunstancias de mi vida eran muy diferentes entonces... La segunda ocasión corría el 2008; una década después descubrí sus calles... Hoy es 3 de junio y sin necesidad de autobús, de avión o de hotel acabo de descubrirle a Morelua una nueva belleza, sus cielo, sus luces, sus fuentes.

Esa primera ocasión ibas tú, mi querido ABC, con una idea diferente al romance soñado, el viaje se concentró en divetirnos, en jugar como lo que éramos entonces: unos niños. Y sin reproches lo digo, porque justamente eso es lo que más te aprecio y admiro: tu infancia... Viví Morelia como son los cuentos de hadas, donde los sapos son príncipes y las princesas no existen sin castillos.

Luego, la segunda vez, iba acompañada del recuerdo y la voz de mi burbuja... Estuvo conmigo las noches más significativas de su tiempo. Ví Morelia en su luna y en sus estrellas esraban mis ojos. Sin embargo, no me pareció hermosa, faltaba tu presencia, los recuerdos de la visita anterior opacaron la ciudad y el trabajo no ayudó.

Hoy estoy recorriendo Morelia y viviendo México... Tiene colores nuevos y con un poco de imaginación, tiene hasta olor a tierra mojada. Hay fotografías maravillosas de un cielo estrellado, que en ocasiones especiales también aparece en el DF, hay fuentes y unos arcos que maravillan... Sin embargo, creo que esta vez, todas esas imágenes se ven influenciadas por un cariño que me hace sentir viva... es algo que aún no puedo llamar amor porque no es una cuestión de definición.
Este cariño me crea una mirada soñadora y una sonrisa incontrolable, suspiros en los poros.

Y sé que con esto puedo sonar ofensiva pero, prevía excusa para los morelenses, la ciudad es muy bella pero no la encuentro tan espectacular como aquella en la que sueño vivir... Hoy Morelia se ve diferente, tiene colores y olores nuevos y no necesité un autobús, un avión o un hotel para descubrirla... tan sólo me bastaron tus últimas palabras, tu sonrisa, tu olor, tus colores... tu nombre.