domingo, 11 de noviembre de 2007

Travesuras de la pluma de Vargas Llosa

¿Vale la pena esperar 30 y tantos años para concluir la historia de un amor; encuentros, desencuentros y más que traiciones, desilusiones? Y no hablo del Amor en los tiempo del cólera, aunque la pasión desbordante de Ricardito es tan profunda y apasionante como la de Florentino Ariza por Fermina Daza, un amor que inició en la niñez y que pasados los años se intensifico, aunque tienen un gran parecido emocional más no lírico.

Hace unos meses, una de esas buenas personas que se cruzan por tu camino (pero sólo cruzan) me describía sus nuevas lecturas y aquellas en las que había encontrado más preguntas que respuestas. “Travesuras de la niña mala sólo me generó más dudas sobre ese sentimiento que se llama amor”, me comentó y entonces me obsesioné con adquirirlo de alguna manera. Luego de varios encuentros con el texto, donde no tenía dinero, me parecía demasiado caro (absurda de mí), nadie me lo quería regalar o simplemente no se me daba la gana cargarlo, un día víctima de la depresión, lo tomé en mis manos y con sólo leer la contraportada “¿Cuál es le verdadero rostro del amor?” me decidí a pagarlo.

Desde el principio, Travesuras de la niña mala de Mario Vargas Llosa acaparó mi atención, no puedes dejar de leer un libro con tan excelente prosa. Poco a poco te va llevando por los sentimientos de los personajes, aunque algunos resulten incomprensibles para los seres que piensan y poco sienten (aunque tampoco quería conocer el final en una franca defensa emocional).

Así es la historia de Ricardo Somocurcio, el niño bueno y de Lily, Kuriku, señora esta, señora tal o simplemente la niña mala. El primero con el gran sueño de vivir en París, como y donde sea y la segunda con sueños de grandeza creando personalidades que se entrecruzan de la manera más extraña con la vida de Ricardito.

El texto para algunos amorosos, como yo, generará varias dudas, ¿en verdad, existen amores que duran décadas en espera del gran final feliz?, ¿cuántas vidas, desilusiones o fracasos pasarán antes de que regreses?, ¿pensará en mí ese primer amor?, ¿en qué amanecer compartiremos la cama?, ¿por qué esperar?

Y siguen las preguntas, ¿hasta donde es el límite del amor?, ¿la espera mata pero la incertidumbre de sentirte o no querido más? Y por último la duda que en origen me hizo tomar el libro ¿Cuál es el verdadero rostro del amor? Un deleite de 375 páginas que ayuda a responder sólo algunas de las interrogantes pero que bien vale la pena consumir poco a poco, y guardar para un buen rato de soledad ese final inesperado.

Bibliografía: Travesuras de la niña mala, Mario Vargas Llosa, Alfaguara, 2006

La Candela

En esta parte debería escribir algún remate poético y romántico pero me resisto a hacerlo, aunque la pasión permanece; mis PUMAS están en la liguilla después de hacer castillos en el aire en CU (¡8-0 me-mo-ra-ble!) y tras un sufrido empate final contra el Pachuca. Debo construir mi ilusión Azul y Oro en espera de un campeonato que muchos soñamos. No me defraudes UNAM… y por no dejar, nunca me defraudes amor (RC).

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